CAÑONES POR EL MUNDO

“La artillería del Castillo de San Marcos de San Agustín de la Florida”

A través de este breve artículo se pretende hacer ver una realidad militar que pocas veces se tiene en cuenta; una visión en la que se deja de lado el aspecto más“romántico” de la Historia para centrarse en la “vida real” de un castillo durante el siglo XVII.

El fuerte de San Marcos es uno de los ejemplos más claros de como los cañones de hierro de La Cavada sirvieron para mantener un imperio durante más de dos siglos.

El castillo es una fortaleza en forma de estrella, destinada a la vigilancia de la costa atlántica, compuesta por grandes fosos que lo rodeaban y cuatro bastiones con garitas donde descansaban las piezas de artillería. A esto se sumaba la plaza de armas, los cuartos de los guardias, una veintena de bodegas para los alimentos, almacenes de pólvora, pozos de agua e incluso una iglesia.

El primer fuerte, erigido en la Florida en 1565, sólo contaba con 24 cañones debronce.Un informe del año 1590 indicabaque la fortaleza de San Agustín contaba con 12 piezas encabalgadas y otras 25 que podíandisparar, aunque carecían de cureñas. Estos datos permiten apreciar la extrema necesidad de dotar de mejor armamento para una plaza fundamental para la defensa de las posesiones caribeñas españolas. Durante este periodo (2º mitad del siglo XVI), anterior a la creación de la Real Fábrica, la mayor parte de las piezas de artillería que disponía el fuerte provenían de piezas confiscadas a los franceses tras ser expulsados y que estuvieron en su fuerte de Fort Caroline.

Durante el siglo XVII la falta de piezas de artillería y el trabajo por mantener en buen estado las efectivas fue un problema constante al que se enfrentaban las posiciones fortificadas de la Florida, por lo que se sucedían las peticiones continuas a la Corona para adquirir nuevas armas. Pero no será hasta el siglo XVIII cuando comenzarán a tener presencia las piezas de artillería fabricadas en la Real Fábrica de Liérganes y La Cavada. Resulta curioso apreciar el rápido desgaste de los cañones provocado por las condiciones climáticas y por la propia construcción del fuerte. Como consecuencia de esto, en 1604 sólo quedaban 14 piezas de bronce.

A partir de la 2º mitad del siglo XVII, se mejoraron considerablemente los cañones tomando gran importancia los cañones de hierro. De esta forma, en el año 1674se recibieron otras 4 piezas enviadas desde Sevilla, y en 1694 la fortaleza contaba con 29 cañones de hierrototalmente montados en sus cureñas y con todo lo necesario para poder ser disparados.  Sin embargo, 14 cañones de hierro presentaban realmente un mal estado debido a que mostraban un importante desgaste en su ánima y hacía peligroso su uso. Los calibres de los cañones iban desde los de 4 libras, pasando por los de 12, 16 y 18 hasta las grandes balas de 36 libras.

Entre la variedad de piezas de artilleríaque el fuerte contaba destacaban los siguientes:  falconete, el sacre, la media culebrina, ligeras espingardas y los cañonespedreros, por otra parte en los informes se consignan piezas con muñoneras de hierro yabrazaderas en el eje, y otras desbocadas y sin cascabel. Estas piezas, incluso las inservibles, se hallaban con 156 balasal pie de sus calibres respectivos, y todos cargados con balas de plomo, o en su defecto,dados de hierro.

Durante esta época, el gobernador Diego de Quiroga y Losado informó del grave desgaste de las piezas de artillería de hierro causado por el “aire del mar y el temperamento de ese territorio”. Un intento para evitar tal degradación se llegó aembrear los cañones para resistir la calidaddel viento.

Bajo este contexto, a lo largo de toda la 2ª mitad del siglo XVII se solicitaron más cañones de hierro a España con calibres de 8,12 y 18 libras.

Resulta muy interesante apreciar como en los informes de la época se consideraba que se necesitaban, por lo menos, 50 cañones, mientras que solo se tenían 24 en perfecto estado. Además, las piezas de hierro acababan muy desgastadas por las inclemencias del tiempo.

A pesar de los inconvenientes que siemprese encontraron para renovar su cañones,las victorias que se lograban contra los ingleses demostraban la calidad de los cañones, siendo aún escasos en número, eran de una altísima calidad y  capaces de evitar los continuos intentos de conquista de la plaza por parte de los ingleses.

ElCastillo nunca se rindió, famosoporque en muchas oportunidades losespañoles utilizaban las balas enemigasque se incrustaban en las murallas. Se procedía arecogerlas, se llevaban a fortificaciones auxiliares que miraban alexterior del Castillo y allí las calentabanhasta ponerlas al rojo vivo y eran devueltas a cañonazos a los sitiadores, incendiando sus embarcaciones ycausando estragos difíciles de reparar.

Sobre los muros de la Real Fuerza del Castillo de San Marcos, en San Agustín de laFlorida, nunca ondeó otra bandera que la bandera de España, porque nunca pudo sertomado por una fuerza enemiga. Sin embargo, El 20 de julio de 1763, entró en San Agustín un regimiento del ejército de Su Majestad el rey de Inglaterra, almando del capitán John Hodges. Los 3.096 españoles veían con ojos tristes como su castillo, su ciudad y su tierra por la que habían luchado caía en manos inglesas de la forma más sencilla y rápidapero, eso es ya otra historia.

Miguel Ángel Pérez. Profesor de Historia y vicepresidente de la Asociación de Amigos del Museo.